15-06-2017
 

Conflicto en Orán: Acuerdo sobre el trabajo ilegal



 



“Hemos arribado a una solución que se encauza precisamente a terminar con el trabajo ilegal y a garantizar que se siga luchando por la paz y diciendo no al narcotráfico, pero sobre todo garantizando que los trabajadores de frontera puedan tener ahora un marco regulatorio que les permita trabajar en el marco de la ley”, afirmó el obispo de Orán, monseñor Gustavo Zanchetta, luego de su colaboración en el conflicto de los “bagayeros”.

En su mensaje, el obispo afirma que la resolución del conflicto llegó “luego de haber finalizado las reuniones y las actuaciones en torno a destrabar el conflicto de los trabajadores de frontera que tanto nos ha preocupado y que ha alterado la paz social en la región en los últimos tiempos”, y gracias a la intercesión de San Antonio de Padua, a quien invocó confiadamente.

Monseñor Zanchetta agradeció la buena voluntad de los funcionarios nacionales, del Ministerio de Seguridad y del Ministerio del Interior, junto con sus colaboradores, la presencia del gobernador de la provincia de Salta y de los intendentes, que “ha garantizado que todo este acuerdo y las propuestas que vienen para promover la región, sean serias y sustentables, con lo cual también se ha dado en un marco de transparencia y en diálogo directo con los trabajadores de frontera, de modo tal que se pudiera producir un acuerdo que ahora no sólo distiende las cosas, sino que garantiza la paz social”.

El prelado agradeció también a la comunidad diocesana por la oración, el apoyo, el cariño, y renovó el compromiso a favor de los pobres, porque “ellos son los preferidos de Jesús y nosotros tenemos que pensar la Iglesia desde ahí, desde los pobres”.

“Aquí se ha puesto en tela de juicio qué es la legalidad, qué es el cumplimiento de la ley, y me parece interesante que a esta reflexión la profundicemos, porque en realidad esas personas trabajaron mucho al margen de la ley, y muchos no tuvieron alternativa. Hay que distinguir también de los oportunistas de siempre, que han comerciado y comercian droga a través de la frontera… No se trata de esta gente”, aclaró el obispo.

Lo más lindo, reconoció monseñor Zanchetta, fue “escuchar la alegría de los trabajadores, sobre todo los que estaban en la calle, porque se les ha dignificado su situación”. A partir de ahora, afirmó, “con los pasos que se van a dar, sobre todo la registración de los trabajadores y la forma de ingresar mercadería al país, se garantiza precisamente que se trabaje en el marco de la ley y eso para una persona es muy importante porque hace a su respeto como persona y como trabajador”.

Para finalizar, reiteró la invitación a iniciar el primer Sínodo Diocesano, el sábado 17 a las 20 en la catedral de Orán, donde en vísperas de la celebración de Corpus Christi se dará inicio a este acontecimiento histórico para la Iglesia particular de la Nueva Orán, con la fundación del Sínodo “en torno a la Palabra, a la Evangelización y al anuncio del Evangelio privilegiando siempre a los más pobres y al trabajo por su dignidad”, concluyó.


El conflicto
Cabe recordar que monseñor Zanchetta se involucró en el conflicto de los trabajadores para intentar regular la actividad de los bagayeros, garantizar las fuentes laborales y prevenir el narcotráfico. El reclamo a las autoridades nacionales era por la flexibilización de normas impuestas por el gobierno nacional, que limitan su actividad.

A esos fines, el obispo se reunió el 9 de junio en Buenos Aires con las autoridades nacionales. En varias oportunidades, los trabajadores habían bloqueado el tránsito en la ruta 50, a la altura de Orán, con el objetivo de que se escuchen sus reclamos.

El viernes, después de su viaje a Buenos Aires, el prelado declaró estar “en el camino de regularizar la situación de los trabajadores de frontera, es decir que se puede regularizar la situación de los trabajadores”. De la reunión participaron funcionarios del Ministerio de Interior de la Nación y el secretario de Frontera, Luis Green, con su equipo técnico. En esa oportunidad, el obispo había depositado su esperanza en las propuestas para “poder situar este trabajo en un marco de legalidad, garantizar la seguridad de todos y seguir luchando contra el narcotráfico”.

Transcurrido dicho encuentro, el obispo había asegurado que las autoridades de los ministerios de Interior y Seguridad nacionales llevarían una propuesta a los trabajadores de frontera, la que consideró “digna de ser escuchada”, y manifestó que los funcionarios estaban abiertos a escuchar cualquier sugerencia. Finalmente, y concretada la visita, las gestiones propiciadas por el pastor diocesano de Orán dieron sus frutos, y se arribó a una solución.

Carta a la comunidad
Entre los motivos que expuso monseñor Zanchetta para justificar su involucramiento en el conflicto de los trabajadores de frontera, destacó “la difícil situación social por la que atraviesa la región, y muy particularmente la de tantos hermanos y hermanas que no pueden realizar sus habituales labores con las que diariamente llevan el pan a la mesa familiar”.

“Todos sabemos que son muchos años los que han pasado desde que se ha instalado una forma de comercio irregular, que carece de un marco legal que la sustente, organice y legitime frente a todo el entramado social de nuestra zona de frontera. Y también sabemos que los motivos se encuentran en demasiados años de postergación del Norte argentino, al igual que otras regiones del país alejadas de los principales centros donde se toman las decisiones fundamentales que afectan a toda la nación”, planteó.

Monseñor Zanchetta expresó su convencimiento de que “las medidas que se adopten en función de querer – con la mejor de las intenciones – normalizar o regularizar el trabajo, como es el caso que ahora nos afecta, deben tener en cuenta las consecuencias y los costos sociales, en lugar de considerar sólo las ventajas políticas”.

”Estamos plenamente de acuerdo en que para la construcción de la sociedad es menester regirnos todos en el marco del estado de derecho. Pero no podemos pretender que los cambios – necesarios por cierto – se realicen de un día para el otro y hagan pagar el costo de las transformaciones a los más pobres y débiles de nuestro entramado social”, advirtió.

El obispo dijo tener “la plena seguridad de que mi compromiso con la búsqueda de una solución justa para esta situación está sustentada en mis más profundas convicciones ciudadanas y solamente con carácter subsidiario, ya que son las instituciones del Estado las que deben movilizarse cuando el bien común está en peligro”.

”Por eso lo hago desde mi compromiso como pastor de esta Iglesia particular de la Nueva Orán, desde donde ejerzo la común responsabilidad que tengo como ciudadano y no sólo habitante de esta bendita región a la que tanto amo”, aseveró

 

 

 




Autor: Redaccion de TodosUnoTV
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