¡Otra vez sopa! Habrá pensado más de uno cuando finalizó el encuentro entre el Real Madrid y la Juventus. Es que el equipo que alguna vez la FIFA eligió como el mejor del siglo XX, y pese a que por entonces había varios que podían disputarle semejante galardón, volvió a ratificar su poderío tanto futbolístico como económico.
Esta vez al que le tocó sufrirlo fue a la Juventus, otro poderoso de Europa y no por nada ambos se encontraron en Cardiff, para disputar la final de la Copa UEFA. El Real, bajo la batuta de Zinedine Zidane, con un categórico 4 a 1 se quedó con su duodécima copa gracias a un Cristiano Ronaldo letal, un Marcelo sólido y seguro, los buenos desempeños de Toni Kroos y Casemiro, además del temple de Sergio Ramos. La Vecchia signora si bien se encontró con un golazo de Mario Mandžukić que igualó el marcador, no tuvo un juego colectivo acorde al partido y tanto Paulo Dybala como Gonzalo Higuaín tuvieron un bajo rendimiento.
Pero la historia copera de los merengues se remota a mediados de los años 50 cuando este torneo, que reunía a los mejores de continente, comenzó a disputarse y de las primeras cinco ediciones el Madrid se quedó con las cinco con jugadores de la talla como Ferenc Puskás o Paco Gento y un argentino que junto a Messi y Maradona está entre los mejores de todos los tiempos: Alfredo Di Stéfano. Sin embargo después de esa seguidilla el Madrid tuvo que esperar casi 20 años para volver a ganar la orejona y de las últimas cuatro ediciones se quedó con tres. Para completarla este año también se adueñó de la liga española de la que ya tiene 33. Y por supuesto posee en su haber todos los títulos que uno se pueda llegar a imaginar.
Es, por lejos, junto a su rival el Barcelona uno de las instituciones más grandes del mundo, quizás porque las grandes entidades necesitan grandes dirigentes, el Real tuvo un hombre que durante 35 años puso todo por su amor y empeño para que el club sea cada vez más grande y no por nada su colosal estadio hoy lleva su nombre: Santiago Bernabéu.
Así es el Real Madrid, un gigante que ya no tiene lugar en sus vitrinas para albergar copas. El tema es que el próximo 8 de agosto tendrá la posibilidad de alzar un nuevo trofeo si le gana al también poderoso Manchester United la final de la Supercopa europea. La casa del Real Madrid es grande. Algún lugar le van a encontrar.
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