El final de cualquier etapa de la vida personal o profesional, se halla matizada por la nostalgia y, casi siempre, suele tener un tinte de tristeza.
Por más que uno programe o diseñe la conclusión de un ciclo propio, inevitablemente pasa por las aristas antedichas y las mismas, se acentúan cuando el epílogo es el previsible, pero no el deseado.
En lo que hace al concierto del fútbol, en el consciente colectivo conviven sueños, realidades, alegrías por triunfos y tristezas por derrotas y todo ello permite que el hincha, viva y respire el más hermoso de los deportes.
El hincha, primero sueña, anhela e incluso aspira a conquistas que, en muchos casos, linda con lo utópico y luego disfruta o sufre con cada partido, ganado o perdido, ya que su resultado, lo puede acercar al sueño planteado o a la culminación del mismo.
Cuando el hincha ve que su sueño se cristaliza, siente orgullo, satisfacción, felicidad plena y más lo siente cuando se da cuenta que ese anhelo, desde su génesis, se desarrolló en un marco utópico y bajo la incredulidad de la gran mayoría.
Allá por los últimos días de abril de 2015, Excursionistas transitaba en medio de la incertidumbre futbolística y lejos del protagonismo que deseaba el hincha. La falta de victorias, no solo lo alejaba del objetivo soñado, el de volver a la “B”, sino que lo acercaba a la pesadilla del promedio y a la posibilidad de descender a la “D”.
¿Excursionistas a la “D”? ¡No, imposible. Eso no puede pasar jamás! pero créame que los malos resultados, nos estaban llevando hacia ese sitial impensado.
Salvarnos primero y ascender después, parecía algo imposible de lograr, pero el sueño de un hincha todo lo contempla, incluso la utopía y ella, no era salvarse del descenso sino el poder lograr, en poco tiempo, el ansiado ascenso.
Algunas voces albiverdes comenzaron a expresar un pedido de fútbol, un pedido que, con el transcurrir de los días, fue transformándose en un “clamor de tablón”.
Ese “clamor de tablón”, del cual formé parte junto a mi “Maestro” Eduardo Quintana y otros Leales y Peregrinos hinchas, solicitaba a Guillermo Szeszurak como D.T. de Excursionistas y así aspirar, con él al mando, a mantener la categoría y darle sustento al entonces utópico sueño de campeón.
El 12 de mayo de 2015, el “Búfalo” llegaba a su casa de La Pampa 1376, para “enderezar la nave”, una de sus primeras frases. Junto con su cuerpo técnico integrado por Rodrigo Ruiz Díaz, Walter Soria, Ismael Segura, Juan Alomo y Alejandro Melillo, fue enderezando el rumbo y con los partidos, el “Coliseo” volvió a reverdecer un viejo pergamino, el de ser un reducto difícil para cualquier rival.
El trabajo iba dando sus frutos, pero un duro momento institucional puso en riesgo al club y, por ende, a la continuidad del proyecto deportivo.
Con los primeros días del año 2016, un grupo de valientes dirigentes comandados por Javier Sayegh, el ícono de los hinchas albiverdes, decidieron hacerse cargo del difícil momento institucional y junto a ellos, un “Búfalo” que quería hacer realidad el utópico sueño que vivía en el sentir del hincha de Excursionistas, el de salir campeón y ascender a la “B”.
Las fechas del campeonato fueron sucediéndose y con una campaña aceptable, el “Verde” fue ubicándose en los puestos de vanguardia de una tabla de posiciones que solo daría méritos al primero, ya que un solo ascenso se hallaba en juego.
Restaban 7 fechas para concluir el certamen y con el “vamos que vamos”, 7 fueron las victorias que le dieron al hincha albiverde, el 11 de junio de 2016, la alegría de ver como la utopía le dejaba su lugar a la realidad.
“La única verdad es la realidad” y ella hizo que, de aquí en más, exista en el firmamento verde y blanco, una estrella que por siempre brillará.
El gestor técnico que hizo real ese sueño fue Guillermo Szeszurak y él, una vez más, lograba llevar a Excursionistas al mismo lugar que, 1994, supo llevarlo como jugador.
La alegría aunó a varias generaciones, aunó a las que vieron al “Verde” en los viejos tiempos de la “B”, a las que observaron a Excursio en la temporada 1994/95 y a las que, por una cuestión cronológica, nunca lo habían podido ver en dicha divisional.
Tras muchos años, poco más de dos décadas, todas las camadas de hinchas se aprestaron a ver a Excursionistas en la “B” y eso, no hizo más que realzar el ánimo, ver con esperanza el futuro y seguir soñando con más utopías.
Al igual que todas las cosas, los sueños también finalizan y hoy, ese de ver a Excursio en la “B” bajo la conducción técnica de Guillermo Szeszurak terminó, puesto que el “Búfalo”, por convicción a sus colores, decidió dar un paso al costado.
Su decisión, nos dejó sin una parte del sueño, porque el otro, el de seguir viendo a Excursionistas en su divisional, de seguro se logrará.
Estoy seguro de ello, muy seguro, tanto como para certificarles que el paso al costado dado por Guillermo ayer, en realidad es un paso más hacia adelante, un paso hacia la gloria verde y blanca.
La vida tiene vueltas y el fútbol también y por tal motivo, quien suscribe estas líneas y otros tantos que hace dos años se jactaban de su utopía, no te despide porque… el adiós nunca, tan solo es y será un hasta luego “Búfalo” Guillermo!!!
MARCOS DAMIÁN TRICARICO (conductor de “Excursio Pasión y Fútbol de Belgrano” y de “Una Mirada Albiverde”) |
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