22-02-2017
 

Maradona y Sandrini. El encuentro de dos grandes



 



Hablar de Luis Sandrini, es hacer mención a uno de los más grandes actores de la filmografía nacional. Porque Luis Santiago Sandrini Lagomarsino, nacido un 22 de febrero de 1905 en Buenos Aires fue eso, un grande con todas las letras, un artista que con sus interpretaciones, a veces para reír y otras para llorar, supo penetrar en el corazón de todos los argentinos. Y como todo grande Sandrini se rodeó de otros grandes y hasta se dio el gusto de compartir escena con otro grande, no de la actuación sino del deporte, que por entonces comenzaba a transformarse en el mejor jugador del mundo: Diego Armando Maradona. El original encuentro se dio en el marco del rodaje del film “¡Qué linda es mi familia!, una comedia en la que entre otros participaron la genial Niní Marshall, junto con las trillizas de oro, además de Palito Ortega y Sandrini. También fueron parte del elenco Vicente La Russa, Juan Carlos Altavista y Carlitos Balá.

La película vio la luz en julio de 1980 por obra y gracia de Palito Ortega, que como se diría en el barrio, “Tiró el centro y fue a cabecear”, ya que además de dirigirla y producirla, fue el protagonista y se lució con sus canciones.

En ella Sandrini, padre de familia que no ve con buenos ojos que su hijo (Palito Ortega) se dedique a la música, es además el máximo directivo de un club de barrio.

Cierto día, con otros dirigentes, se hace presente en el entrenamiento del equipo en el cual, hay un pibe que la rompe y según sus propias palabras ¡Es un fenómeno. Nació para ser estrella! Cuando el joven se acerca, Sandrini con un estilo campechano, de boina y pañuelo blanco al cuello, le pregunta cómo anda y le promete que mientras el sea presidente no lo van a vender, pero que después del mundial él tenía derecho a elegir. El pibe de camiseta y medias rojas con pantaloncito azul, la cabellera negra y enrulada, se lo agradece sinceramente

—Gracias. Yo no me quiero ir nunca del barrio. Acá tengo mis amigos, mi familia.

A lo que Sandrini responde:

—Lo sé, como también sé que vas a llegar a ser una estrella mundial. Cuando llegue ese momento no te olvides de lo que acabas de decir, de tus amigos y de tu familia.

—Gracias presidente. No lo voy a olvidar — Contestó la joven promesa y se fue haciendo malabarismo con la pelota “Pintier” hasta el área grande, desde donde remató al arco con un zurdazo que sorprendió al aquero.

La escena dura apenas dos minutos, suficiente para que estos grandes juntos dejaran un recuerdo imborrable en el celuloide nacional. Porque si algo le faltaba al extraordinario Sandrini, era encontrarse con Maradona, después de eso, las hizo todas, hasta tener una relación sentimental con Tita Merello, antes de contraer matrimonio con Malvina Pastorino.

Pasaron más de tres décadas y medias de aquel encuentro. En todo este tiempo Maradona llegó a ser eso: Maradona y Sandrini, que falleció a los 75 años dos semanas antes del estreno del film, llegó a ser uno de esos actores que permanecerán por siempre en la memoria de todos, quizás porque como pocos ha sabido interpretar la vida misma, a veces para reír, otras para llorar.

 

 

 




Autor: Rodrigo Gaite
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