Día a día al escuchar las noticias o cualquier programa de opinión, el miedo y la preocupación por la falta de conciencia, moral, respeto, y seguridad, todos absolutamente todos, a pesar de tener tantas diferencias entre los que opinan, coinciden en la falta de valores de nuestros jóvenes.
En una sociedad en donde los que deberían demostrar que “si“ les importamos, más allá de los votos, solo se ocupan de cuidar su lugar y personalmente, me siento hace rato excluida, se siente una atmósfera de desazón e impotencia importante.
Pero… como todo, y según me enseñaron mis padres, comienza por casa, vengo sembrando y sembrando. Más allá del orgullo de varios años cursados de manera exitosa, con alguna piedra que saltamos juntos, hoy me llena de orgullo que los valores que una tiene, los he sabido transmitir, y este reconocimiento a uno de mis maravillosos retoños lo demuestran.
Por eso, aunque creamos que no nos escuchan y que solo gastamos saliva, sigamos sembrando, todos los días, siempre con mucho AMOR. Estoy segura que si conseguimos que nuestros hijos obtengan más medallas como esta, nuestro futuro puede ser brillante.
|