25-07-2021
 

San Matías Giroldi: ¡No nos abandones!



 



Es el rezo que la hinchada de Central Córdoba de Rosario eleva hacia el cielo fecha a fecha.

Es que de este muchacho ya no se puede decir que esté atravesando por una buena racha ni en un buen momento sino que hay que afirmar con total seguridad que El Charrúa cuenta con el mejor guardameta de la C y cómo dicen todos los que lo ven, es un arquerazo para otra categoría.


De no ser por Giroldi el Azul de Tablada se volvía a casa con una pesada derrota sobre los hombros, porque fue durante 70 minutos del partido amplísimamente superado por Atlas en todas sus líneas. El mezquino planteo inicial de Rossi (ya se terminaron los tiempos de los primeros partidos del Apertura en dónde el Charrúa salía a ganar en todas las canchas), con dos líneas de cuatro y Lovotti arriba en total soledad de poco le sirvió porque la primera jugada de riesgo, de las muchas que tendría en el primer tiempo Atlas, llegó a los 3´ cuando Oscar Acuña, un wing endiablado que le pega con las dos y volvió loco en toda la tarde a Biñale, desborda tira el centro y Bogino logra incomodar a Cuenca que no puede conectar al gol en posición inmejorable yéndose su cabezazo lamiendo el travesaño.

Pero eso sólo sería un aviso de lo que a los 7´ vendría, saca largo el arquero Grieger, peina Cuenca hacia la punta derecha llega Díaz, un 4 que se manda siempre al ataque, toca al medio del área y Acuña que se cierra a la posición de 9 para mercar un golazo. La noche parecía llegar temprano pera el elenco rosarino, porque el Marrón tocaba y llegaba. A los 10´ trepa Flores por izquierda, centro atrás y el disparo de Cuenca revienta el palo cuando ya se gritaba el segundo gol local. A los 15´ nuevo desborde de Acuña centro rasante y Valenzuela que esta noche no va a dormir pensando el gol que se erró sólo de frente al arco. Esto por nombrar las más destacadas del primer tiempo, pero fueron muchas las llegadas locales hasta más o menos el minuto 30´ en qué empezó a jugar un factor que sería muy importante, el estado del campo de juego, demasiado afectado por la tormenta eléctrica y diluvio del día anterior.

El gran perjudicado fue Atlas que intentaba jugar tocando pero a cada minuto transcurrido el deterioro del césped se incrementaba y así Central Córdoba empezó a jugar un partido más cercano a lo que había ideado su técnico, trabado en el medio y con escasas llegadas, más por el lado rosarino que se fue al vestuario una vez finalizado el primer tiempo sin registrar una sólo jugada próxima al gol.

El comienzo del segundo tiempo sostuvo la impronta con que había iniciado el partido, muy superior Atlas, dueño de la pelota y el espacio. Al cuarto de hora Central Córdoba no había cruzado la mitad de la cancha. Decide el señor Rossi un cambio muy esperado por la parcialidad Charrúa, el ingreso del delantero Ferrero quien entra por Biñale, bajando Bembo a su posición de 4. Pero todavía Ferrero no se había acomodado en la cancha, cuando a los 16´ centro de Atlas la pelota se desvía en un brazo rosarino y el señor Wenceslao Meneces sanciona penal. Se apronta a ejecutar Luis Jurchesen, la noche parecía caer definitiva en Central Córdoba, pero tiene a San Matías de su lado, que se estira bien y logra rebotar el fuerte envío, la pelota vuelve al delantero, sólo frente al arco con el arquero en el piso, es gol, no, no es gol, porque no sé si las piernas o las alas lo levantan a Giroldi del suelo, se vuelve a arrojar y saca una pelota imposible, si imposible, no se puede atajar eso, a no ser que se pertenezca al Olimpo de lo elegidos y Giroldi la atajó.



De aquí en adelante la cosa cambió, Atlas sintió el golpe, Lovotti ya no estaba sólo en ataque, Ferrero ganaba por potencia por afuera y comenzó a soltarse del medio campo Ferrari, que se convirtió en el armador, jugando el mejor partido desde que está en Central Córdoba.

Atlas quería ir, pero ya sin el toque ni la energía del primer tiempo, Bogino y Killer cerraron el área, y el Charrúa se fue acercando al arco rival, sin generar opciones claras pero ya amenazando con concretar y la amenaza se cumplió a los 33´ cuando Ferrero gana por fuerza y velocidad por la izquierda, tira un centro rasante que Nicolás Pardo rechaza al córner, le ejecuta muy bien Ferrari y Bogino que les gana a todos estableciendo el 1-1. Central Córdoba se pudo haber traído el triunfo si el amigo Wenceslao se hubiese animado a cobrar un clarísimo penal en contra de Lovotti a los 38´,

 

 

 




Autor: Pablo Adrián Strafaccio
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