El equipo tiene con qué responder a tamañas expectativas, un plantel “largo” que permite no bajar la calidad de juego con los cambios, sino por el contrario muchas veces mejorarlo, jugadores comprometidos con el proyecto y que además se los ve felices de jugar en el CC, un técnico que estableció una impronta de salir a ganar en todas las canchas y a esta lista de bienaventuranzas hay, para ser justos, agregarle que parece contar con la famosa suerte del campeón.
Central Córdoba está primero en la tabla con total justicia, ya he visto a la mayor parte de los equipos del torneo y estoy convencido que El Charrúa es el mejor de todos, el más dotado técnicamente y con un banco de suplentes de lujo para la categoría, pero frente al Deportivo Italiano no mereció traerse los tres puntos, tal vez tengamos el derecho de decir, vayan por la cantidad de veces que empatamos o perdimos cuando merecimos ganar, pero en el planteo rosarino se vienen repitiendo ciertas cosas que lo están complicando cada vez más y que sería bueno tomar nota.
El señor Rossi decidió un cambio estratégico para este encuentro, línea de tres con Biñale, Killer y Boggino, con la supuesta intención de soltarlos más a Bembo por derecha y Saucedo por izquierda como carrileros. Para lograr ese entramado sacó a Bracco, que venía siendo de los mejores, dejando a Carrera, Ferrari y Gómez en el medio y la dupla Vizcarra Cobelli en ataque.
Desde los tiempos de Domizzi como DT, pasando por Bustos Montoya hasta hoy, he manifestado que no me gusta la línea de tres, porque en la práctica termina siendo una línea de cinco y es lo que le pasó al Charrúa a lo largo de casi todo el partido.
El inicio del encuentro mostró una dura batalla por ganar el medio campo y cuando todavía “la cosa se estaba armando” a los 9´ saque largo del arquero de El Tano, Bembo la baja contra la línea lateral derecha a la altura del medio para Ferrari y pica por su andarivel, Ferrari se la devuelve muy bien, Bembo saca el centro cruzado no llega por poco Cobelli en mitad del área chica pero antes de que salga el balón contra el palo, Vizcarra llega y de volea vuelve a enviarlo al área, cae muy bombeado, parece fácil para el arquero Granero, pero increíblemente se le escapa de las manos y la deja servida a Cobelli, un nueve que sabe y encima está de racha y sin ponerse nervioso toca al gol.
Siguen 10 minutos de incertidumbre de la gente local que sintió el inesperado golpe, pero de allí en más Central Córdoba se refugia atrás, regala el medio campo y confía en la solvencia de su defensa, pero Italiano va y va, y de tanto ir a los 23´ llega el momento San Matías del partido sacando con un manotazo una pelota que por lo bajo tenía destino de red.
Se va el primer tiempo bajo el acoso del local, se inicia el segundo y hay unos 5 minutos en que parece que la visita se decide a salir y pelear más en el medio campo, pero en poco vuelve a refugiarse muy atrás. Se suceden salvadas constantes de parte de los defensores charrúas y el muy seguro Giroldi quien a los 11´ protagoniza el San Matías II salvando espectacularmente su valla.
A esa altura queda al descubierto algo que ya señalamos en casi todos los partidos, por las características de sus dos delanteros Central Córdoba se queda sin contraataque rápido y el técnico Rossi es muy reacio a cambiarlos, así que cada vez que los defensores o medios rosarinos roban el esférico deben ser ellos los que además tienen que correr hasta el área rival.
Se producen todos los cambios, el ingreso especialmente de Bracco y Lovotti le dan más salida al Charrúa sin llegar jamás a inquietar al arquero local, pero parece tener todo más controlado en cuanto al ataque rival, y en el minuto 48´ se redondea la idea de que también contamos con la suerte del campeón cuando desde un córner Vico cabecea hacia la derecha de Giroldi que no podía llegar y cuando se gritaba gol la caprichosa rosa el palo y se va con todas las ilusiones del empate tano.
Y si digo que el triunfo no fue justo y que el local merecía al menos el empate es porque Central Córdoba estuvo más de una hora de reloj sin ensayar un solo tiro al arco, mientras la defensa, Giroldi y la suerte hicieron posible que desde Ciudad Evita volviésemos con tres puntos.
Dicho esto ¡¡¡ A FESTEJAR CHARRÚAS !!! |
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