Racing sigue ganando. La cuarta victoria consecutiva -Copa Argentina incluída- de la era Pizzi. Lo curioso es que realmente se hace difícil explicar con argumentos futbolísticos sólidos el porqué de estas victorias encadenadas.
El juego fue nuevamente complicado para el equipo de Pizzi. Le cuesta mucho dominar por tiempo prolongado a sus rivales y hasta sufre por varios lapsos de los juegos. Lo bueno es que cuando tiene "su momento" en el partido, lo suele aprovechar.
Argentinos llegó con varias bajas a Avellaneda, pero fue protagonista del partido en grandes pasajes del encuentro (tuvo además la mayor posesión del balón). El primer tiempo fue chato y discreto, pero lo dicho, el visitante se mostró más activo en cuanto a tomar la iniciativa.
El equipo de Milito siguió con esa línea en el comienzo del segundo tiempo. De hecho, en el los primeros 20 minutos tuvo algunas chances muy claras como un cabezazo de Romero y dos clarísimas de Avalos.
Pero como en partidos anteriores, los cambios de Pizzi le dieron resultado. Adentro Piatti, Rojas y Maggi. Cambió casi todo el mediocampo en pos de generar más peligro en el arco rival.
Y al ratito nomás, gran jugada de Miranda en donde la empezó y la terminó él mismo de manera estupenda. Recibió de Copetti en mitad de cancha, se trasladó unos metros, descargó en Maggi y fue a buscar el centro atrás que el Chino le envió de manera muy precisa. Toque y gol. Toque y triunfo. Argentinos se fue apagando, no le alcanzó el buen manejo y la intención de atacar.
El cuarto al hilo. Sí, triunfos que dan tranquilidad desde los puntos pero que no evitarán las críticas de los exigentes que buscan un mejor funcionamiento colectivo. Y en cierta forma son válidas, porque los buenos equipos se forman a partir de concebir y plasmar una idea de juego
Por ahora, el Racing de Pizzi gana, suma y sigue. Y ya se instaló en los primeros lugares de su zona cuando llegamos a la mitad de la fase clasificatoria. |
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