El futbolista Pablo Jerez fue un jugador profesional surgido en el Club Atlético Boca Juniors, debutó en primera división bajo la Dirección Técnica de Carlos Bianchi, logrando la gloria en Japón aquel día de diciembre de 2003 cuando BOCA alcanzó en Yokohama la copa intercontinental venciendo por penales al poderoso Milán de Italia.
Pero no todas fueron buenas para el marcador de punta derecha, su hija desde pequeña fue diagnosticada de HIDROCEFALEA lo que obligó al jugador a ocuparse más de su hija que de entrenar, ello lo colocó en situación casi de retirarse por la imposibilidad de cumplir con sus compromisos profesionales para dedicarse de lleno a salvar la vida de su hija, a tal punto llegó el cachetazo que la vida le dio a Jerez que terminó sin recursos económicos y recaló el Deportivo Merlo donde jugó 2 temporadas. Para este año pasó a Midland donde fue suplente. Pero aún hoy su hija continúa complicada con esa maldita enfermedad, y para colmo de males, por su edad y su falta obligada de contracción al deporte, Pablo Jerez hubiese quedado en libertad de acción debiendo retirarse, como a todos los que hemos jugado al futbol nos llega el día de decir adiós y colgar los botines, pero para Jerez era otro golpe bajo de la vida. El retiro lleva implícito, además de dejar la actividad, dejar de estar agremiado y por ende dejar de gozar los beneficios de la Obra Social tan necesaria para la atención de su hija.
Tras varias charlas con Agustín Orión, el ex arquero de Boca, entre otros clubes, quien colabora y asesora deportivamente al club Midland de Libertad, equipo de la primera “C”, se logró que, pese a no jugar ni formar parte del plantel profesional, Pablo Jerez tenga un contrato indefinido y pueda tener Obra social, priorizando de ese modo el factor humano por sobre lo deportivo e institucional. Loable y destacable actitud de la COMISION DIRECTIVA del “funebrero”.
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