El Comandante Luis Piedrabuena fue un patriota marino argentino nacido en Carmen de Patagones en 1833 y que desde los 18 años recorrió con bergantines y goletas las furiosas costas de la Patagonia Austral, antes de los 30 años capitaneaba una nave y sus actos heroicos de rescate de náufragos o colonos son leyenda, además de llegar hasta dónde ningún hombre blanco había llegado aún, remontando ríos desconocidos por entonces.
Uno de sus descendientes, Eduardo I, heredó el gen aventurero y anda hoy con su inseparable escudero Sancho Irá Panza recorriendo los estadios del ascenso futbolístico argentino, metiéndose en puntos cartográficos con un coraje que orgullecerían al viejo marino.
El sábado el vergantín (sin error ortográfico) de TodosUnoTV navegaba bajo el comando del mencionado dúo dinámico a horas insólitas tratando de hacer puerto en el Norma Lee, ese coqueto estadio de Berazategui, una de la instituciones del ascenso más joven (fundada en 1975). Llegando a la latitud Madariaga longitud Acceso Sudeste comprueban que la brújula se volvió loca y giraba como ventilador, presto el decidido comandante le dijo a su grumete vasco:
-Detente en esa estación de servicio en la que veo unos móviles policiales que podrán guiarnos por el buen camino-, obedecida la orden y aparcado el carro, Eduardo I ingresó a la confitería en medio de sonidos de alegres fuegos artificiales y a un agente que se encontraba de rodillas, reglamentaria en mano, detrás de una mesa volcada, le espetó
-¿Podría usted indicarme el camino al estadio del naranjita?-,
-Agachesé don, que estamos a los cohetazos-
-Cáspita, ¿no llamaron policías de refuerzo?-
-Si, pero vinieron los de ellos-
-Bueno, pero ¿me puede ayudar o no?-
-Yo le pediría permiso a mi comisario para acompañarlo pero no puedo porque es ese que está ahí tirado-
Eduardo I volvió a la nave y anoticiando de los acontecimientos al timonel, éste puso quinta y salió arando, en el apuro casi choca de frente con un camión que transportaba al lugar del hecho el misil que perdió Rossi, así que la cosa se ponía fea de verdad.
Nuestros héroes partieron raudos sin miran atrás incluso cuando se levantó el hongo atómico a sus espaldas. Recorrieron un periplo por el estadio de Dock Sud, pasando por el de Arsenal, Manchester City y Galatasaray hasta arribar al del querido Bera.
¿El partido?, hacer un comentario de un partido en el que uno de los equipos debe subirse a un colectivo a las cuatro de la mañana viajar sin dormir, llegar a la cancha para desentumecer los músculos e ingresar al campo de juego sin haber siquiera almorzado es menos serio que toda la aventura de la primera parte de la nota y si algo voy a hacer al respecto es sólo por cariño y respeto a toda esa maravillosa gente que malgasta cinco minutos de su vida leyendo mis pasquines.
¿Cómo puede la AFA programar esos horarios? ¿Cómo es posible que nuestros dirigentes no hayan podido convencerlos de reprogramar este escándalo? ¿Cómo no contamos siquiera con la colaboración para poder viajar un día antes y hacer noche en un hotel para que el equipo se presente en igualdad de condiciones? Preguntas sin respuestas, en las que a veces es mejor no conocer dicha respuesta para que a uno no le agarre un colapso nervioso por ira (en minúscula y sin acento).
Así todo hay que reconocer que los jugadores charrúas pusieron todo lo que el trajín y los más de treinta grados que imperaban a esa hora les permitió. No corrieron menos que el local, jugaron mejor y en mi criterio deberían haber ganado. Tengo anotadas dos situaciones de gol para cada equipo en el primer tiempo y cuatro para el charrúa contra una para el naranjita en el segundo. El partido terminó por ser casi soporífero, la gente que en buen número se acercó al estadio disfrutaba más con lo que ocurría en el cielo, avionetas volando bajito, parapentes, helicópteros que con lo que ocurría en el campo de juego.
Para cerrar quiero detenerme en tres detalles. 1- Nuevamente el técnico charrúa demora los cambios, con un equipo agotado al extremo por todo lo ya explicado Teglia realiza dos cambios a los treinta minutos del segundo tiempo cuando se imponía hacerlos mucho antes, pero además con cuatro o cinco jugadores que apenas podían levantar las piernas del verde césped (muy buen estado del campo de juego, poroto para la gente de Berazategui) el técnico se guardó nuevamente un cambio para otra ocasión, para mi inentendible. 2- Si bien el ataque del naranja tuvo una pobre actuación ¡Qué difícil que es marcarle un gol al charrúa cuando éste no los regala! 3- Y esto sin ofender a ninguna institución, da bronca ver el bajo nivel que muestran los equipos que ya están dentro del octogonal y que nosotros estemos afuera, de los ocho por lo menos seis juegan mucho peor que incluso este pálido equipo charrúa que parece nunca terminar de armarse.
Me despido, como siempre, disculpándome si mi crítica molesta a algún alma sensible.
-Pablo Adrián -El Agrio- |