Dijo hace un cuarto de siglo un Presidente argentino de arábiga ascendencia y creo que la realidad del presente charrúa se ajusta mucho al sentido de la frase.
Estamos mal y para confirmar esta afirmación alcanza con mirar la tabla de posiciones, la cantidad de partidos ganados en esta campaña y la escases de goles conquistados.
El optimista “pero vamos bien” se vislumbra en las últimas actuaciones de Central Córdoba y la de este lunes en cancha del Deportivo Italiano da la impresión de ser un escalón más hacia la búsqueda del equipo y desempeño ideal.
Desde esta página hemos sostenido, y lo seguiremos haciendo, que de aquí al final del torneo cada partido que no se gane es una desdicha y un paso atrás en la deseada clasificación al reducido para el tercer ascenso, algo que cada fecha que transcurre parece necesitar más del milagro que de la hazaña. Pero tampoco podemos caer en la necedad de soslayar los atenuantes de cada partido en particular.
Teglia pensó en función del triunfo. Con una formación que va saliendo de memoria, salvo la vuelta de Casini a la zaga central en lugar del pibe López, algo que para ser sincero no me agradó a priori, pero la actuación del experimentado defensor le terminó dando la razón al técnico charrúa.
En un primer tiempo parejo y enredado en dónde se destacaban Ferrari y Bracco por la entrega y el criterio a la hora de manejar la pelota, más la velocidad de Tedesco por afuera, el equipo rosarino fue un poco mejor que el Tano y terminó arrimando más peligro. A poco de terminar este período ya empezó a hacer ejercicios de precalentamiento Cereseto con lo cual anunciaba su ingreso a poco de empezar el segundo tiempo.
Y aquí me vuelvo a detener en este tema. Todos sabemos que Cereseto no está en condiciones de jugar 90 minutos y hemos apoyado la decisión de Teglia de reservarlo para el segundo tiempo y no ponerlo desde el inicio para tener que sacarlo en los momentos en que se definen los partidos. Pero voy a seguir insistiendo en que no podemos regalar 45 minutos por partido sin un 9 de área. Yasogna y Tedesco van por afuera, escalan los laterales Trejo y Lalo Pérez y terminan tirándole centros al Fantasma Gasparín, porque con la camiseta charrúa no hay nadie en el área.
Si la intención es que Cereseto enfrente a marcadores centrales ya cansados, pues con más razón para ponerles un 9 que por lo menos los incomode, los choque, los haga correr y hasta posiblemente le saque una amarilla, porque así, dejándoles tranquilitos tomando solcito no los vamos a cansar, tal vez aburrir, pero nunca cansarlos.
No me gusta dar nombres, ni decir a quién sacar o a quién poner, pero no puedo esconder el bulto ante la pregunta ¿a quién ponemos? Por lo que conozco del plantel tenemos un jugador profesional, Stupiski y un chico con futuro, Herrera, que pueden cumplir esa función, entonces utilicémoslo. Por supuesto que todo esto es subjetivo, es decir, mi pensamiento, que puede o no ser acertado.
Confirmando la suposición, a los 10 minutos del segundo tiempo Teglia se la juega y realiza el cambio ofensivo que ya se va convirtiendo en tradición, entra Cereseto y sale Renzo Funes. A ganar, como todos los charrúas queremos, pero además fue una buena lectura del partido, el desarrollo estaba como para que con un poco más Central Córdoba se trajese los tres puntos.
Desgraciadamente la intención duró exactamente 60 segundos, que fue el tiempo transcurrido entre el ingreso del delantero y el error que cambió el destino del partido y que fue cometido por ese desastre de árbitro llamado Alegre y que es una pena que forme parte del referato argentino.
Ataque Charrúa, fuerte y evidente foul contra Ferrari cuando encaraba el arco defendido por el siempre rendidor Griffo, el árbitro no cobra, nace el contraataque Tano, toque para Cardelino el 9 del Deportivo Italiano en clara posición adelantada, el árbitro no cobra, Matías Giroldi sale presto del área y se ve obligado a hacerle foul, roja para el arquero rosarino, (me quedan dudas sobre si realmente era último hombre, tengo la impresión que un defensor rosarino ya se había ubicado por detrás, pero como la cámara estaba de costado, no puedo decirlo con 100% de certeza) y aquí cambia todo lo que Teglia tenía pensado.
Ingresa el chico Mastrángelo, que terminó redondeado un buen debut en una circunstancia tan difícil demostrando mucha personalidad, cómo también la demostró
Teglia que cuando todo el mundo pensaba que sacaba un delantero, se inclinó por Trejo, dando muestra que seguía pensando en ganar.
Así aguantó Central Córdoba durante 12 minutos en dónde el técnico del Tano, Daniel Vincentín realiza tres variantes ofensivas para refrescar el ataque y son los mejores momentos del local.
Teglía comprende que sin Trejo y Funes más el ingreso de delanteros y volantes ofensivos adversarios ya era mucho exigir que se recuperara la pelota y acierta con un buen cambio, sale Tedesco, igual se lo veía muy agotado por haber corrido muchísimo especialmente en el primer tiempo e ingresa el pibe López a la zaga, adelantándose Casini unos metros al puesto de cinco. Allí Córdoba se reordena y de apoco comienza a manejar el balón.
Comienza la gran tarde de Casini y Sgotti, creo que nuevamente fue el mejor jugador charrúa. El equipo rosarino recupera el balón y ataca, terminó siendo el que más oportunidades de gol generó.
Lo tuvieron Ferrari y Bracco, ambos de buen partido, pero fallaron en la definición y los ataques del Tano morían en la firmeza de Casini-López-Esquivel. Así se llegó al final.
Ya hemos hecho referencia al cambio de actitud del equipo desde que Teglia lo dirige y recuerdo que hace pocas fechas terminábamos los partidos con el sentimiento de que así no podíamos ganarle a nadie, ni de local ni de visitante, ahora terminamos los partidos con la sensación de que se pudo haber ganado de no mediar situaciones externas al juego.
Por todo esto, ESTAMOS MAL, PERO VAMOS BIEN.
Me despido, como siempre, disculpándome si mi crítica molesta a algún alma sensible.
-Pablo Adrián -El Agrio- |
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