28-07-2018
 

Autistas Chocadores: No hay excusas para el rock



 







Con el estandarte del rock bien alto, la banda oriunda de San Nicolás sale con los tapones de punta en su último trabajo de estudio Los Fantásticos Autistas chocadores en...

Cerca de Rosario, en el límite entre Santa Fe y Buenos Aires se encuentra la ciudad de San Nicolás. Su imponente Santuario de la Virgen del Rosario es lugar de paso de miles de peregrinos, los que acuden durante el año y en especial los días conmemorativos, a orar y pedir milagros para sus vidas.

Los habitantes de la ciudad tienen variadas ofertas para su entretenimiento, la municipalidad suele organizar grandes festivales donde llegan artistas de renombre. Pero hay un submundo, un circuito del rock que late por las venas de la ciudad, contagiando y llevando la música a bares y pequeños “rockodromos” que escasean por la ciudad.

Autistas Chocadores nace en ese mundo, transitando ese difícil y constante camino de vivir el rock en su esencia, sentir la música como parte y pisar fuerte en cada escenario, bar, teatro o espacio en donde les sea posible alzar su grito. También trabajan incansablemente en las redes digitales, a través de las cuales llegaron hasta Todos Uno TV. Con una impronta propia y un estilo seguro, accedieron a contestar esta entrevista por mail. Mariano Ortega, vocalista de la banda y dueño de una disquería en la ciudad, nos cuenta a la distancia cómo vive en este mundo de la música. Quien dijo que el rock no puede amigarse con la tecnología.

¿Cómo es el mundo del rock en San Nicolás?

En nuestra ciudad hay al menos 90/100 bandas de rock o afines (una proporción alta para una localidad de 140.000 habitantes), pero no todas se sostienen en el tiempo. Algunas de ellas nunca van a llegar a dar un show y la mitad harán 2 o 3 presentaciones para luego divorciarse y eventualmente formar otra nueva.
Hubo tiempos en que se generaba mucha música buena y nueva en la ciudad; bandas de gran calidad con propuestas originales y potentes, quizá con mayor o menor convocatoria, pero de destacados gestos artísticos. Eran años de editar discos, buscar escenarios fuera de la ciudad y tomar una actitud pro-activa con la música. No obstante, salvo esas excepciones, las propuestas tienden a repetirse: rock chabón, punk rock, heavy, covers de rock nacional y no mucho más. Posiblemente, lo que esté faltando es una figura local fuerte en la cual poner el ojo y que opere positivamente como alguien a observar en tanto a cómo desarrollar un proyecto de banda. El circuito es chico, si una banda no se piensa a sí misma con pretensiones mayores a la de ser una banda local, el proyecto no puede adquirir una entidad significativa y perdurable.

Algo similar a lo que ocurre a lo largo de la Argentina.

Posiblemente a nivel país se reproduzca el mismo cuadro de situación que en cada sitio,
si bien el under es una máquina picadora y exterminadora de talentos que se rige prácticamente de manera darwiniana, no encuentro mejor forma de dar con buena música sino a través de él. Celebro el under; aunque sería tan genial como imprescindible tratar de manejarse fuera del marco de la informalidad. No es necesario tocar tarde, con mal sonido y en pésimas condiciones, se podría entablar un compromiso más notable con la propuesta que se intente llevar a cabo.

¿Cómo fueron componiendo y gestando este nuevo disco?

La idea de la banda fue la de la trascendencia a través de la música, los discos tienen cierto carácter de perpetuidad, son un legado concreto. Por otro lado, creo que los discos no responden a una lógica de construcción, son más bien una suma de canciones a las que luego disponemos consecutivamente de la manera que consideramos mejor lograrán generar ánimos de escucha.
La dinámica de grabación fue algo intrincada. Inicialmente hicimos contacto con Tom Taranto (cantante, violero y compositor de Infierno 18), porque habíamos escuchado algo del material que venía produciendo. Todo lo que pudimos hacer en San Nicolás, lo hicimos. La logística se complicó porque también debíamos grabar en Ituzaingó, pero allanamos mucho camino a través de redes digitales. Tom realmente fue muy paciente con nosotros, si hubiera decidido contratar a un sicario para mandarnos a matar y así velar por su salud mental, habría tenido razón. Aunque mejor que no lo hizo, sin querer terminó salvándole la vida al sicario.

¿Cómo definirías estos 15 años de banda?

Creo que Autistas Chocadores es una pequeña entidad con cierta vida propia. No sé bien que es "la banda"; siempre ha sido todo tan dinámico que es difícil captar el momento de la banda para decir "la banda es esto". Muchos músicos hemos sido parte de las "Filas Chocadoras" en estos casi 15 años y pocos de la formación original se mantienen a la fecha.
Creo que los que estamos no podríamos dejar de hacer esto que hacemos. La mayoría de las personas tal vez nunca sepan que es lo que quieren para sus vidas, e incluso muchos ni siquiera piensan en la posibilidad de anhelar o pretender algo para sí mismos. Nosotros descubrimos todo aquello que sentimos respecto a la música y quisimos ser parte de eso, tal vez paguemos un precio algo caro por ser un fragmento del universo del rock, pero a la vez somos unos privilegiados de haber detectado nuestro gusto y poner manos a la obra al respecto.

¿Dónde encuentran la motivación y la energía para salir al escenario?

Nos gusta mucho el rock. Nos gusta hacerlo y sentir tanto lo que nos pasa a nosotros cuando estamos en situación de rock, como el feedback con el público. Creo que se entiende que el rock puede ser un entretenimiento ingenuo, pero también puede ser una herramienta de transformación, posiblemente nosotros estemos en esto porque de esta manera ha operado la música en nosotros. Yo tengo recuerdos de sentir, luego de haber escuchado una canción, un disco o ver una banda en vivo, que definitivamente lo que quería en mi vida estaba ahí, en la música, en el rock. Hay un anhelo, una búsqueda; tal vez hasta una persecución insensata en tratar de generar en el público lo que algunas bandas han generado en nosotros tanto con su música como con sus consignas, su estética, actitud y todos los elementos de comunicación que se ponen en juego al momento de estar sobre un escenario frente a una audiencia.
Definitivamente el escenario es el hábitat más genuino y natural para la banda.

Hay quienes dicen que el rock está muerto, que ya no hay más nada para hacer ni nada nuevo para inventar. ¿Qué pensás al respecto?

Si fuera así... ¿qué importancia tendría? Siguen existiendo bandas que hacen geniales canciones, sigue habiendo grandes solos de guitarra, cantantes con mucho sentimiento sobrevolando hermosas y poderosas melodías. Puede ser que casi todo suene a otra cosa que ya se hizo antes, pero no me preocupa. El rock está bien, está muy bien. Estoy convencido de que lo mejor que hay en el rock no ha fabricado aún grandes cantidades de remeras.

 

 

 




Autor: Mariano Ferrentino
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