Como pasó hace una semana frente a Huracán, dónde se pudo remontar y ganar, el error volvió a transformarse en frustración y derrota.
Sin merecerlo Defensa cayó ante el mismo Lanús de Zubeldía al que hace 20 días apabulló en Córdoba.
Equipo que gana se toca, dijo Beccacece y sacó a Rodríguez para poner su sello y a Breitenbruch en un equipo que juega con confianza y solvencia.
El local ganaba con gol de Belmonte por la mínima, en el único remate al arco que tuvo, Defensa emparejaba las acciones hasta que una salida rápida del arquero rebotó en la pierna de un oponente. ¿No lo dejaron sacar?, ¿Hubo obstrucción?. El árbitro eso consideró, pero a la jugada siguiente repitió la fórmula y trifecta acertada; salida con los pies, devolución arriesgada al arquero, entrega dividida del balón, Foul, Penal, Gol.
Otra vez el capitán del equipo hundía su propia nave, la misma que llevó a lo máximo de su historia con la obtención de la copa y atajadas resonantes. Tenemos la confianza de arriesgar, se repite entre bambalinas una y otra vez, en un fútbol super profesional regalar un gol es mucha ventaja para cualquiera.
Las 2 pelotas siguientes el arquero dividió el esférico hacia ambos costados, primero a su derecha se fué directamente al lateral y luego a su izquierda el destinatario tampoco lo evitó. Abrió los brazos en un gesto difícil de entender, absolutismo de que si no sale el plan "A" no existiera otro y arriesgar no es lo primero, es lo único. Ojalá prime la cordura y se encuentren necesarios grises.
El segundo tiempo de Defensa fue excelente, fútbol de alto vuelo, transiciones en ataque, desbordes constantes y mala puntería. Resultado demasiado generoso para los Zubeldía-Boys y pequeña revancha para encarar lo que viene.
Defensa no tuvo día libre, practicó en su predio de "Bosques" con la cabeza puesta en el viernes, recibirá al último de la zona el alicaído Patronato.
@andres_iraz
Fotografía gentileza Prensa Defensa y Justicia
