Que nuestra Asociación del Fútbol Argentino es hoy un barco a la deriva no es ninguna novedad, bucear en los motivos que la llevaron a esta lamentable situación es uno de los métodos para arbitrar las medidas para llevarla a buen puerto.
Su histórico capitán, más allá de que no compartíamos sus métodos, dio históricos golpes de timón a babor y/o estribor conforme los vientos que soplaran y las tempestades que atravesara, logrando generalmente cumplir al menos con sus personales objetivos. Fallecido tras décadas de su particular proceder, queda en manos de una oficialidad acostumbrada a acompañarlo sin cuestionamientos pero que a la hora de decidir difieren en la elección de rumbos y horizontes. El piloto automático es una solución para unas pocas horas de navegación no para determinar la hoja de ruta y elegir el puerto más conveniente y surgen las diferencias entre ellos y de éstos con el resto de la tripulación…
A falta de acuerdos por distintos intereses resulta llamativo que la oficialidad cuya responsabilidad es mayor, decida abandonar el buque saltando en masa a los botes salvavidas, aún antes que las ratas ya que el barco mantiene inalterable su línea de flotación, abandonando a la tripulación a su suerte en medio del océano.
Qué habrán elucubrado, dejarla acéfala para torpedearla y sepultarla en el fondo del mar o sumarse a los corsarios que apetecen abordarla para apoderarse del enorme botín que hay en ella y de las posibilidades que su buen nombre le abre en todos los puertos del mundo?
El mayor de los tripulantes, despechado en su actividad, no tiene a nuestro entender las cualidades éticas ni los conocimientos profundos como para transformarse de la noche a la mañana en ese piloto de tormenta que sortea dificultades. Otros han demostrado en sus navíos ser austeros, intrépidos e inteligentes consiguiendo el éxito ansiado por todos.
Desde nuestro Foro entendemos que a la A.F.A. hay que democratizarla modificando sus Estatutos que han sido redactados a través del tiempo a la medida y semejanza del viejo capitán fallecido, oxigenarla propiciando el recambio dirigencial de todo aquel sospechoso y sospechado de actos reñidos con la moral e incluso de quienes la desprecian y transparentarla con normas claras y controles permanentes por parte de la autoridad de competencia siempre de cara a la sociedad.
Los cultores de la llamada Superliga no son otros que al no poder imponer por vía democrática sus ideas e intereses y se valen del poder acumulado para doblegar al resto, buscan vencer en lugar de convencer. En su formación personalista, egocéntrica y acomodada se olvidan del bien común priorizando el lucro e intentan apropiarse de la pasión que nos pertenece a todos a través de las Sociedades Anónimas Deportivas.
Los Clubes en Manos de sus Socios y la A.F.A. en Manos de los Clubes es el lema que nos guía pero siempre con reglas claras, constructivas, modernas y profesionales.
El promocionado CEO que vendría en aquel esquema no es un Dios del Olimpo, es un ser humano de carne y hueso con determinadas cualidades y capacitaciones que bien puede operar en pos del mencionado bien común, readecuando y poniendo en valor a nuestra Asociación o entregar como ha ocurrido en otras latitudes a espurios capitales de dudoso proceder lo que todavía queda de contienda deportiva de nuestro fútbol y por sobre todas las cosas sus recursos.
Nota de Redacción: Artículo publicado en diario Página 12 pero que no ha perdido actualidad
Dame Pelota 11 Oct 2016 El programa del Foro Social del Deporte
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